Este mes entró en vigor la Ley Karin o Ley N° 21.643, ésta representa un hito importante en la protección y bienestar de los trabajadores, al ofrecer garantías más amplias en materia de seguridad y salud ocupacional. Sin embargo, la implementación efectiva de esta ley requiere no solo de la adaptación de procedimientos internos, sino también de una estrategia de comunicación clara, coherente y empática.
En este sentido, lo primero que hay que entender es que todos los empleadores del país, tanto públicos como privados, deben prevenir, investigar y sancionar conductas que impliquen cualquier forma de acoso o violencia. Para ello, es necesario implementar protocolos de prevención, capacitar sobre ellos, establecer canales confidenciales de denuncia y brindar apoyo psicológico a las víctimas, entre otros aspectos.
Y es en el punto de la capacitación sobre el o los protocolos que cada entidad implemente, donde la comunicación juega un papel fundamental:
Una capacitación efectiva si o si se sustenta en una estrategia comunicacional integral:
Dicha estrategia debe considerar lo básico, es decir, las definiciones. Solo así es posible pasar a la concientización sobre los nuevos derechos y deberes que esta ley nos confiere y, por supuesto, dar a conocer el protocolo de prevención que la empresa u organización implementará para cumplir con la normativa.
Es importante, a su vez, analizar cuáles son los canales de comunicación con los colaboradores que están disponibles, entendiendo que el uso de múltiples canales que vayan reforzando los diversos aspectos del protocolo puede ser la estrategia de mayor éxito en la etapa de implementación.
Al mismo tiempo, los formatos también tendrán un impacto en la recepción del mensaje y en este sentido, el video ha demostrado, según un estudio de la empresa de software de comunicación interna, Panopto, que las empresas que utilizan videos para la comunicación interna experimentan una mejora del 75% en la retención de la información.
No obstante, nuevamente, en la diversidad está la ganancia y apalancar el video dentro de una estrategia que también combina charlas presenciales y correos electrónicos, puede pavimentar el camino hacia el éxito.
Lo que no debemos dejar en el tintero es el lenguaje
Este punto es sumamente importante, porque muchas veces, cuando las organizaciones o empresas tienen que implementar un protocolo que emana desde un marco legal, como lo que ahora se viene con la Ley Karin, caen en explotar los tecnicismos y si bien esto debe estar en el documento escrito, no perdamos de vista que, en una capacitación, el objetivo es que nos entiendan y que nos presten atención.
Si en una capacitación me comunico todo el tiempo en jerga legal, pueden pasar dos cosas (tal vez más, pero aquí mencionaremos sólo 2): en un primer escenario, tal vez nadie entienda lo que estoy diciendo y, peor aún, sientan temor o vergüenza de expresar sus inquietudes; en un el segundo escenario, simplemente puedo matar a mi audiencia de aburrimiento y, por supuesto, no va a haber tampoco preguntas, porque simplemente nadie siquiera escuchó algo de lo que dije.
Entonces es muy importante ser didáctico, ser ágil, utilizar ejemplos de la vida cotidiana que apunten a situaciones que las personas realmente podrían haber vivido y no “irse por las ramas” a la hora de realizar una capacitación o a la hora de tener que comunicar, a través de una campaña, temas como éste, que pueden resultar áridos para las personas.
Finalmente, esto se traduce en valernos constantemente de nuestra empatía, para desarrollar una estrategia que nos permita comunicar la importancia de Ley Karin, ya que no sólo es una obligación legal, sino una oportunidad para mejorar el ambiente laboral, promover una cultura organizacional basada en el respeto y la dignidad de las personas.